La noche se acerca en la cuesta del sol en el horizonte y, una mano que se acerca a cogerle del hombro derecho, para saludarlo por cortesia dentro de una celebación anual, donde las festividades después de la pandemia, generaron un distanciamiento de la concertación de personas en un solo lugar y, donde la gente que recordaba ese momento, solo tendía a sollozar o callar a las preguntas que llegaban a cada oido, por un momento ese saludo que comenzo con sorpresa, comenzo a decirle que no existía mejor remedio de una noche de vela, sin sol ni jornal, que a mucho y poco sobraban los lugares que pudieran generar una situación próxima al pasado; pero que auxiliaba con el deseo de no volver; -el pasado no vuelve-, musitaba el asaltante en modales, quien solo le causo una sorpresa que se disfraso de asombro o miedo, cuando al voltear y ver el rostro de un hombre que no conocía, pero que recordaba, hacía mucho que no vehía rostros conocidos en la fiesta de Canaán, donde las miradas se posaban en el estado, sin pensar en el que dirán o pasara, ya que la noche se prestaba para generar una situación de no mucho, ni poco momento de encuentros furtivos, que no solo pueden ser ajenos, uno que otro, pero que la misma sensación era y es generalmente ocasional. por un momento Juan comenzaba a pensar en todo lo que estaba pasandoles, la noche, los tragos, su familia, el dinero y la posibilidad de sejar por un momento el lugar que había dejado, como primogenito de su ayllu (familia), que muchas de las veces no solía visitar, ni llamar y ahora con la noticia que su hermana acada de estar en el mundo terrenal, fue para el una situación que no lo dejaba tranquilo, por ningún momento, pensaba tan solo en seguir haciendo lo mismo de siempre, pero que la misma desdicha, lo llevaba en todo momento, por decir menos, por alguna razón, tenía que sorprender a sus hermanos y familiares, en cualquier momento, pero no deseaba seguir meditando en ello. Una sola situación de relajo, fue lo que sintio al entrar al raymi, que esta ante sus ojos, y que muchos al momento de colisionar entre danzas y pasos, comenzaban a pensar en el yawar fiesta, por los episodios pasados, que fueron trágicos al considerar que la concurrencia de personas no solo posibilitaba un momento de jolgorio, sino también de riñas encontradas. Al pensar ya casí nada en su situación, Mayu quien estaba mirandole desde la distancia, por casualidad fue llevabada por una amiga de ambos, quien al presentarla por cuarta vez, los dos solo saludaron de una distancia y reconocimiento de sus llana ñawi, que sin pensar mucho en lo diran su grupo, la sujeto de la muñeca y con dirección a la salida, le dijo al oido, sigueme y no digas nada; ella que no encontraba razón de sus uida, solo relajo el brazo y se condujo con él a fueras del campo, al estar solo de los demás, le dijo: "te he salvado, ahora ve a tu casa, que tu madre me ha preguntado por tí", sin decir nada dejo de verlo, y desaparecio despues de pasar una custer, con rumbo desconocido.
Hace ya hacía tiempo que no escuchaba los momentos de la radio, cuando comenzaban a sonar una melodia conocida, no si fue por suerte que se me aproximo el deseo de pensar que lo mejor sería apagarlo, pero mi madre quien gusta de musica mañanera, me quito la mano del encendido, y sin mirarme, me trajo una cuchara en la boca con sabor agridulce, diciendome: -he comprado unas, estan en la bolsa, ve y coge las que quieras-, yo que no solía comer esos majares de pequeño, me di media vuelta y sin pensar en el que dira mi madre, me aleje de la ella, rumbo a la calle, donde una maquina con ruedas, pintaba la calzada de un ollin negrusco, no me atreví a mirar con detenimiento y me fui de ahí, en aquel momento una señora en medio de la calle sacaba un pequeño aparato que acaba de comprarse y, por casualidad su menor hijo dejo fuera, donde el color grasiento de la brea había cubierto del todo; ella que sacaba y en el auxilio, otro de los vecinos que miraban la esena, pasaban la voz a los maquinis...
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