La noche se acerca en la cuesta del sol en el horizonte y, una mano que se acerca a cogerle del hombro derecho, para saludarlo por cortesia dentro de una celebación anual, donde las festividades después de la pandemia, generaron un distanciamiento de la concertación de personas en un solo lugar y, donde la gente que recordaba ese momento, solo tendía a sollozar o callar a las preguntas que llegaban a cada oido, por un momento ese saludo que comenzo con sorpresa, comenzo a decirle que no existía mejor remedio de una noche de vela, sin sol ni jornal, que a mucho y poco sobraban los lugares que pudieran generar una situación próxima al pasado; pero que auxiliaba con el deseo de no volver; -el pasado no vuelve-, musitaba el asaltante en modales, quien solo le causo una sorpresa que se disfraso de asombro o miedo, cuando al voltear y ver el rostro de un hombre que no conocía, pero que recordaba, hacía mucho que no vehía rostros conocidos en la fiesta de Canaán, donde las miradas se pos...