Nunca pensaron que los velos de la noches fueran cristales de luna, que por más que sigan brillando los destellos del sol no llegan la boquedad del día maniesta que los mismos deseos de la noche se siembran en el día extenuante, en esa situación de luces y oscuridades, los pensamiento lúcidos no dejan de ocultar su mejor momento de pensarse de las mismas forma como se encuentran por algún sentido de la vida, que no solo puedan conectarse por el mismo sendero que los bifurca, que por remedio de la misma vida todo se va componiendo en una sola dirección que no solo puede estar a cuesta, sino restante dentro de la misma vida.