Aquella mañana donde la nubes arreciaban el campo de las montañas, y los genteles ciervos comenzaban a llegar a la ciudad, con sus cuidadores que por descuido llegaron a pagar por la emoción de pensar que lo que tenían en mente, sería un pasaje diferentes, comenzaron a pensar en lo bueno y malo de aquel suceso, que no solo puso en jaque su confianza ante sus jefes, padres de mucha trayectoria, sino también arrieros de mucho fuste y entrega, que nunca en su vida habían cometido el pequeño error de dejar que se les fueran los auquenidos, que no solo rebosaban de alegria, sino que también se metian en las tierras aledañas, que tenian por mala suerte, dueños despotas que no escatimaron en espantarlos con improperios y malos tratos, que al miemo tiempo deseendian de la misma empinada, donde se encontraban en un primer momento, esto que no fue solo casual, sino un descuido de un momento a otro, genero en la conciencia de los arrieros, que aventurarse con los animales, fuera de los limit...