Eran las tres de la tarde, cuando en momento de incertidumbre comencé a pensar en algunas opciones del almuerzo, ya que a las doce del día solía comer, como su abuelo le había enseñado en los días en que compartían la mesa de la casa, y donde la abuela Juana ponía los cubiertos media hora antes, y cuando llegaban la hora punta del medio día, la mesa estaba servida de viandas, confiterías que servían como entre meses antes del plato principal, cuando los platos estaban servidos, algo aguachento y amarillento, llenaba el plato tendido de la abuela, quien nos día: "ya pueden servirse, coman", yo solo atinaba a pasear el cubierto por el borde de aquella comida, y ella en un momento de sinceridad, me decía que la comida es lo mejor que nos da la tierra, así que comienza a alimentarte, que hoy tienes trabajo con el abuelo en la siembra, y de curioso le pregunte el origen de aquel plato, que no me entraba por los ojos, ni lo saboreaba con las palabras que me entraban al entendimien...